Siento que es momento de que empecemos a cuestionarnos todo; como cuando éramos chicxs.
Creo que es el primer paso para crecer, para acercarnos a nuestra propia verdad y nuestro propio camino.
¿Qué meto en mi cuerpo?
¿Algo que crece en la tierra gracias al sol, al viento, al agua? ¿o un cadáver de un ser que sufrió toda su vida?
¿Algo que se sembró y se cosechó en la naturaleza? ¿o que fue procesado en una fábrica?
¿Comida/Alimento real? ¿o una cosa apta para el consumo humano?
Te propongo algunas preguntas más para reflexionar sobre esto:
¿Qué me dijeron acerca de la comida? ¿Por qué́ me lo dijeron? ¿Por qué́ lo acepté? ¿Por qué́ lo sigo aceptando? ¿Por qué́ no cambio? ¿Qué es lo que me traba a hacer un cambio? ¿Por qué es más fuerte “la tradición” que lo que siento adentro? ¿Qué es la “tradición”?
¿Y yo, qué como?
Yo no nací́ vegana. No nací sabiendo qué comía.
Me empecé a cuestionar lo que me metía en el cuerpo a los 20 (ahí dejé la carne). Recién desde los 27 puedo decir que soy 100% vegana. Me llevó muchos años que sea algo natural y fácil y feliz para mí. Por eso, sé que no es un cambio fácil ni un cambio rápido, pero se que es posible.
Hice el camino (lo hago cada día) de amarme y de no juzgarme; sabiendo que me elijo a mi primero, me cuido y me acepto.
Gran parte de esta aceptación es saber que no contribuyo con la matanza/explotación de animales ni con la destrucción del medio ambiente. Eso, se volvió muchísimo más importante que la imagen que me devuelva el espejo (o la mirada del resto).
Hago lo mejor que puedo, sabiendo que siempre puedo hacer más, aprendiendo aprendiendo y tratando de compartirlo.
No creo que todxs deberían ser veganxs si no lo sienten, pero si creo que todxs los que tienen el privilegio de poder elegir que comer cada día, deberían, al menos, cuestionarse el impacto de sus decisiones.
Siempre estuve y estaré disponible para quién quiera hablar, aprender, compartir sobre veganismo; (pueden escribirme sin problema) sabiendo y aceptando que no todxs estamos en el mismo lugar. Pero también sabiendo, que desde que empezamos a cuestionarnos como nos nutrimos y lo que consumimos, estamos intentando ser parte del cambio que queremos ver en el mundo. Y eso es un montón.
Con amor,
Dani.