¿Protegés tu energía?
¿Alguna vez te pusiste a pensar qué situaciones te drenan? ¿y qué personas? ¿lugares? ¿comidas? ¿actividades?
¿Con qué pensamientos te machacás la cabeza? Esto también nos saca energía.
▹ muchas veces somos nosotrxs mismxs quienes drenamos nuestra propia energía y vitalidad
▹ somos nosotrxs que nos enredamos en nuestra propia mente
▹ somos nosotrxs que no encontramos el camino para volver a nuestro eje
En mi opinión lo primero es notarlo, vivirlo, sentirlo, sentarnos con lo que sentimos, y habitarlo.
Está bien no estar siempre arriba.
Está bien no estar siempre arriba.
Está bien no estar siempre arriba.
Y recién después, creo que está bueno tener a mano algunas herramientas que nos ayuden a volver a nuestro centro, a nosotrxs, a nuestra versión de vibrar alto.
¿Escuchaste hablar de la “wellness toolbox?”
Bueno, yo le llamo mi caja de herramientas del bien, caja de cosas que me levantan y me hacen vibrar más arriba. Se las comparto, ya que creo que pueden ayudarles en esos momentos que no encuentran la forma de volver a ustedes y también porque probablemente, muchas cosas las hagan, pero sin darle el valor que realmente tienen:
- Salir a caminar en la naturaleza y perderme (playa, parques, bosques, o lo que tengas cerca de casa). Poner atención e intención a respirar verde. Si es necesario, viajar!
- Andar en bici, cantando (gritando) como si nadie más existiera.
- Hacer mi práctica de yoga bien lenta, quizás más corta o super rápida (de verdad, depende lo que necesite ese día) pero aceptar antes de arrancar, que será “distinta” a la de cada día. Tomarla como una práctica especial. Como un ritual.
- Apagar el teléfono.
- Cocinar algo que me guste. Con mucha consciencia, con mucho amor, poniendo atención a cada ingrediente y a cada paso. Agradeciendo.
- Bailar sola en mi casa. Cuánto más suelto el control, mejor.
- Hacer la vertical contra la pared, shirshasana o alguna postura invertida. No importa como venga mi día, siempre, siempre me ayuda a dar perspectiva.
- Prender velas y cantar mantras (mi favorito es a Ganesha) sin pensar en nada más.
- Lo que salga. Empiezo con una consigna si no se me ocurre nada y eso me da el puntapié para arrancar y luego lo de adentro fluye al papel. Es magia.
- Estar con mi perro. Hablarle. Si no tenés un animal cerca, podés ir a una plaza. Los perros siempre sanan y levantan.
Te propongo armar tu cajita. Y tenerla a mano para cuando la necesites. Quizás son cosas que hacés en tu día a día, pero creo que es realmente sanador, saber que contás con tus propias herramientas para ayudarte a levantar cuando lo necesitás.
Con amor, Dani.