– ni en uno bueno – ni medio – ni regular.
Hace días (o más bien semanas) que no me siento bien físicamente. Ni bien ni mas o menos. Me duele todo básicamente. Rodillas, isquios, antebrazo, y ahora las costillas.
Internamente sé, que en algún momento voy a volver a estar bien. No sólo ser feliz y constante arriba del mat, en el agua o corriendo, pero también disfrutarlo y sentirme mucho mejor en mi cuerpo.
Este proceso me está costando mucho to be honest.
No me gusta hacer menos de la mitad de mi práctica, no me gusta no poder remar con fuerza, no me gusta no poder salir a correr. Me da bronca, me da tristeza, me duele adentro y afuera y también (como buena luna en leo) le jode a mi ego.
Hay varias cosas que las entiendo, y te las comparto por si te sirven en caso que te encuentres en la misma (aunque debo confesar que muchos días no me son suficientes):
- La vida es cíclica. Todo es movimiento. Y así como algunos días estoy arriba, otros voy a, necesariamente, estar abajo. No apegarme ni al arriba ni al abajo. Y saber que todo pasa.
- Todo son procesos. Nada sucede por arte de magia. Tanto las posturas más complejas como sanar lesiones, lleva tiempo. El tiempo entre un lado y el otro, ese puente para llegar a la otra orilla, a veces es más simple, y otras crees que se te está por romper todo el tiempo.
- Tengo mucho por agradecer. Pese a todo, puedo levantarme de la cama. Puedo respirar con consciencia. Puedo subirme al mat. Puedo meterme al agua. Puedo caminar con Indio. Puedo compartir, puedo enseñar.
Lo que hoy me cambió un poquito la cabeza (el cuerpo sigue para atrás) fue un pensamiento que se me venía en loop durante la práctica (si bien lo que buscamos en no pensar; no son pocas las veces que nos caen fichas en algún adho mukha) – LAS HERRAMIENTAS.
¿Qué podés sacar de todo esto? Algo debés estar aprendiendo Danielita. Aunque hoy cueste verlo, algo te debe estar enseñando esta situación. Nada pasa por que sí. ¿Qué herramientas te estará dando?
- La fortaleza; de seguir adelante más allá de los obstáculos.
- La flexibilidad; para encontrar las mejores maneras de hacer lo que quiero hacer.
- La adaptabilidad; para ajustar(me) cada día a la realidad que me toca.
- El coraje; para pararme en mi mat aunque no pueda hacer ni la mitad de mi práctica.
- La humildad; para no apegarme a las formas y dar lo mejor que pueda cada día.
- La paciencia; para seguir aunque lleve tiempo.
- La calma; para no llorar a mares todo el tiempo.
- La vulnerabilidad; para llorar a mares cuando es necesario.
- La empatía; si puedo seguir mi práctica de yoga, aún con lesiones y achaques, puedo entender mucho más a mis alumnxs.
*Si puedo hacerlo arriba del mat, puedo hacerlo abajo*
Espero que algo de esto les sirva, y recordar que muchas veces aprendemos más de lo difícil que de lo fácil.
Con amor siempre, Dani.